jueves, 8 de agosto de 2013

Integración laboral a la convergente

Desde que leí en el periódico el pasado 1 de agosto que el Ayuntamiento de Girona pensaba quitarles la concesión de las zonas azules a MIFAS para dársela a una multinacional de Madrid, decir que llevo un cabreo que no me veo y avisar a sus señorías convergentes que cuando me acerque a Girona, se tapen sus muy honorables orejas, es decir poco para describir lo que pienso y siento desde entonces.

Nunca me hubiese imaginado que un gobierno municipal podía caer tan bajo: robar el trabajo a una entidad social sin ánimo de lucro que trabaja para los discapacitados. Hasta el momento dudaba si la mediocre gestión era inexperiencia, 'obtusismo' o simplemente el fruto de la improvisación sumada a la prepotencia de quién no tiene sensibilidad ni vergüenza. Ahora lo tengo claro: se trata del 'me la suda' y del 'que se jodan', que posiblemente raya la misantropía.

De nada ha servido que MIFAS durante 34 años hayan gestionado correcta y adecuadamente las zonas azules y así lo reconozca la oposición y los anteriores gobiernos municipales ni que las ganancias de esta concesión se inviertan en proyectos sociales ni que faciliten la vida de las personas que sufren discapacidad (SUFREN Alcalde, las discapacidades son para toda la vida, pero claro, a Vd. le resbala...).

Y de nada servirá bienamado gobierno @ciu que justifiquéis vuestra adjudicación con los criterios económicos ni que mandéis a la concejala a sentarse un ratito en una silla de ruedas y hacerse fotos para cumplir con la cuota mínima de accesibilidad: ahorráis en las personas y proyectos sociales pero tiráis la casa por la ventana cuando se trata de lucecitas-contenedores-cuadros y fantasmadas varias. Sin complejos. Nos ha quedado claro quién trabaja para el pueblo y a quién le importa un pito el pueblo.

Ya nos dimos cuenta: en abril cambiaron las cláusulas para adjudicar los contratos y justo antes de las vacaciones de agosto, les roban el trabajo y las ilusiones.

Tengo mis dudas que logren acabar la legislatura (les tengo que reconocer el mérito inmenso de conseguir que toda la oposición y las diferentes sensibilidades sociales y políticas estén de acuerdo al oponerse y rechazar actuaciones tan patéticas como ésta).

Pero estoy convencida que las próximas municipales ni su abuela les votará: quizás aún no lo han pillado. Votan las personas, no votan las multinacionales.